Se cuenta que hace miles y miles de años atrás existía una ciudad llamada “Xauxa” cuyos habitantes habían escogido el lugar para habitarlo por la belleza incomparable de su panorama; ellos se diferenciaban de los demás pueblos por ser muy soberbios y pródigos, pasaban días de grandes orgías y fiestas que duraban bastante tiempo, en la cual realizaban actos que no se veía bien ante los ojos de Dios.

Laguna de Paca

Fue entonces que Dios al observar tanta iniquidad entre estos habitantes decidió mandar a su hijo Jesús a la Tierra, particularmente a la ciudad de Xauxa, personificado en un anciano muy andrajoso; ya aquí recorrió la ciudad, cuando todos realizaban una gran fiesta, comenzó a tocar las puertas de sus viviendas; cuando veían al anciano con llagas en los pies, las manos, su apariencia abominable era irresistible a la mirada de las personas, le echaban de sus casas lanzándole gruesos adjetivos, también era objeto de escarnio porque muchas veces le arrojaban la comida y la chicha en su rostro. Cansado de buscar la salvación del pueblo se posó sobre una piedra y vio una humilde casita a pocos metros de distancia y decidió visitarla; minutos después se asomó una humilde mujer, pues ella y su familia llevaban una vida indigente, al verlo le saludaron cortésmente e invitaron a pasar a su casa, allí le brindaron comida y algo de beber, tardaron muchas horas platicando con intervalos para poder masticar las hojas de la coca; al caer la tarde densas nubes cubrieron el cielo, el anciano preocupado se levantó y junto a la familia les dijo algo que parecía inverosímil.

“Yo soy el Salvador del Mundo no me reconocéis. He venido personificado en un anciano por orden de mi padre para salvar a esta ciudad, porque veo que el mal se ha posesionado de todos los hombres, nadie me prestó atención, me arrojaron como si fuera un enemigo o un ladrón, sólo ustedes serán salvados, por lo tanto; Os digo, alisten sus cosas y vayan a vivir al otro lado del pueblo, si escuchan algún bullicio no deben dar vuelta”.

Diciendo esto se despidió y en las angostas calles de la ciudad fue desapareciendo. La familia, aún con mucha estupefacción, pero seguros por la fe a que se aferraban ante el Salvador prepararon sus cosas y partieron rumbo al cerro llamado “Shujo”, descansando en varias ocasiones sobre las rocas; la mujer se dirigía con un quipe de ropas en la espalda, y en las manos una puchca con la que hilaba afanosamente; mientras el esposo se encargaba de llevar a sus dos menores hijos.

Ya en el ocaso pareciera que el cielo hubiera abierto sus diques, se desató una torrencial lluvia acompañada de truenos; la gente de la ciudad empezó a desconcertarse lanzando gritos al cielo y pidiendo auxilio. Tanta era la desesperación que la pareja llevado por el instinto de su curiosidad volvieron los ojos para ver lo que ocurría y pudieron apreciar que la ciudad se inundaba con todos sus habitantes los cuales morían sepultados por el agua, horas después se formó una gran laguna a la que conocemos como “LAGUNA DE PACA”. La pareja por desobediencia fue convertida en piedra, en las alturas del cerro “Shujo”. En la actualidad todavía se puede observar partes de esta piedra, lo demás ha sido destruido por un grupo de trabajadores de la zona para la construcción de una pequeña carretera que une Paca con Acolla.

Cuentan los pobladores que aún en la noche de luna llena se oye el retoque de campanas de la catedral y el susurrar de la gente que pide misericordia, también sale un toro de color negro arrastrando una inmensa cadena de oro, quiere salir de las aguas pero la cadena es sujetada por una rubia sirena encantadora que posee larga cabellera que llega hasta su cintura, sus ojos son azules como el reflejo de la Laguna y cuando intentan acercarse desaparece como un encanto. Dicen que muchos visitantes han tratado de bañarse disfrutando de sus aguas siendo hechizados por la mirada de la sirena que invita a sumergirse en el interior del lago y al no resistir la respiración mueren ahogados; por ello, muchos no desafían tal misterioso encanto que se traduce en la imaginación, como recuerdo de leyenda.