La trucha es un pez de cuerpo alargado y fusiforme, que le permite desplazarse fácilmente en el agua. Su cuerpo está cubierto de escamas pequeñas y brillantes, que le dan una apariencia plateada o dorada, dependiendo de la especie y la edad del ejemplar.

La cabeza de la trucha es pequeña en proporción al cuerpo, con una boca grande y mandíbulas fuertes equipadas con dientes afilados, ideales para atrapar y comer presas pequeñas como insectos acuáticos, crustáceos y peces más pequeños.

Las aletas de la trucha son otro rasgo distintivo de su anatomía. Tiene dos aletas dorsales, una aleta adiposa y una aleta caudal (cola) en forma de abanico, que le proporciona una gran capacidad de maniobra en el agua. Las aletas pélvicas y pectorales se utilizan para el equilibrio y la propulsión.

En cuanto a su tamaño, las truchas varían según la especie y el entorno donde habitan, pero por lo general pueden medir entre 25 y 60 centímetros de largo y pesar entre 1 y 3 kilogramos.

La trucha es un pez de cuerpo alargado y fusiforme, cubierto de escamas pequeñas y brillantes, con una cabeza pequeña en proporción al cuerpo y mandíbulas fuertes equipadas con dientes afilados. Sus aletas son un rasgo distintivo y le proporcionan una gran capacidad de maniobra en el agua. Su tamaño varía según la especie y el entorno donde habita.